Fueron beneficiadas 35 asociaciones civiles de Capital e interior con fondos provenientes de Lotería Correntina.
Desde FECOBIP presentaron proyecto de ley para que la recepción de los montos sea independiente de la voluntad del gobierno de turno.
Unas 35 bibliotecas populares recibieron subsidios por parte del Gobierno provincial. El acto de entrega se desarrolló en el Salón Amarillo de Casa de Gobierno y estuvo encabezado por el gobernador Gustavo Valdés. El Mandatario manifestó a los representantes de las distintas bibliotecas beneficiadas, que estos subsidios son “algo pequeño para todo lo grande que ustedes hacen por la libertad de conciencia, por el conocimiento y la cultura” e instó a continuar en el trabajo de rescatar a las bibliotecas y lograr que los libros estén al alcance de todos.
En este caso, los fondos procedentes de Lotería Correntina suman en total 1.575.000 pesos y a cada biblioteca le corresponde 45.000 pesos. Este monto está destinado a fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil, interesadas en el fomento de la lectura y de esta manera contribuir con el sostenimiento de las bibliotecas populares de la provincia. Esta acción del Gobierno en articulación con el Instituto de Cultura, se realiza inspirada en una tradición institucional que nació con la Ley “Sarmiento” 419, del 23 de septiembre de 1870 y que se consolidó en 1986, con la creación de la Ley 23.551 y con la creación del Fondo Especial para Bibliotecas Populares a l nivel nacional.
El presidente de la Federación de Bibliotecas Populares, comentó que este subsidio será utilizado con varios propósitos, el primero de ellos buscará hacer frente a los gastos que demanda el normal funcionamiento de estas instituciones como los de servicios y alquiler de edificios. En este sentido afirmó que “el subsidio no es solo para comprar libros, hay bibliotecas que no tienen locales propios, las del interior que pagan alquileres elevadísimos y el resto usa para gastos corrientes; es decir, el normal funcionamiento de la institución”.
La otra parte de este subsidio se invierte en la adquisición de material bibliográfico en el marco de la Feria Internacional del Libro, lugar al que asisten para realizar compras con un 50% de descuento ya que adquirirlos en librerías de locales es muy caro. Los libros que se adquieren están en relación con el lugar en el que funcionan, muchas de ellas están en establecimientos escolares primarios o secundarios, aunque también atienden a estudiantes de nivel superior. En cambio, las bibliotecas populares puras cuentan con otros tipo de usuarios con los más diversos gustos.
FECOBIP
La FECOBIP es la Federación de Bibliotecas de Corrientes que reúne a 64 bibliotecas de la provincia. En el acto de entrega de subsidios estuvo representada por Olga Giménez. Cuenta con 24 años de existencia y sus objetivos son asesorar a las bibliotecas en lo administrativo y legal; representar a las mismas en las reuniones anuales de Junta con los federativos en CONABIP y en cuanto a las actividades detalló que realizan periódicamente talleres de capacitaciones para dirigentes y bibliotecarios, la mayoría en Capital en la sede de la institución.
A propósito de la consulta, la presidente de la federación aprovechó la oportunidad para hacer saber que esperan la aprobación, sanción y reglamentación de la Ley de Asistencia de Economía para las Bibliotecas Populares. Este proyecto de ley fue presentado por el diputado Juan José Fernández Affur y aguardan que sea tratado y aprobado en ambas cámaras de la Legislatura correntina. La sanción y reglamentación de esta ley les permitirá a las bibliotecas populares, en cierta forma, legitimar los subsidios y “no depender más de buena voluntad del gobierno de turno” sostuvo Gimenez.
En este proyecto se prevé un monto determinado para todas las bibliotecas y con este recurso más seguro poder contratar personal idóneo ya que actualmente el 99% de las bibliotecas no cuenta con un profesional bibliotecario. En estos momentos las bibliotecas, señala la presidente de la FECOBIP, son atendidas por voluntarios que con el transcurso de los años fueron adquiriendo experiencia y aprendiendo el oficio. Señala además que en algunos casos las bibliotecas más afortunadas tienen profesionales pero que tampoco perciben un sueldo.