La enfermedad prolifera en esta época del año y las personas siempre esperan hasta último momento para aplicarse la vacuna, pese a poder hacerlo durante todo el año. Por qué es necesaria la inmunización para el ingreso, especialmente de quienes van al vecino país.
Como todos los años en esta época, miles de turistas correntinos optan por veranear en playas brasileñas que, sumado a los papeles necesarios para presentar en migración, sea cual fuere la salida de nuestro territorio al país vecino, debemos sumar el certificado de vacunación para evitar la proliferación de la fiebre amarilla.
Profesionales consultados aseguran que la principal medida de prevención siempre es la vacunación. La vacuna es segura y accesible, proporciona una inmunidad efectiva para toda la vida contra la enfermedad. Se la pueden poner tanto en hospitales como también en los Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de Corrientes.
La recomendación para vacunarse está dirigida especialmente a las personas que proyecten viajar a los estados brasileños, donde el nivel de contraer la enfermedad es alto.
Debido a la situación epidemiológica vigente, a quienes presenten alguna contraindicación detallada en el informe, de recibir la vacuna, aconsejan evitar el viaje a las zonas con circulación viral activa. Además, para recibir más información sobre medidas de prevención contra la fiebre amarilla está activa la línea gratuita 0800-222-0651.
¿A qué se conoce como fiebre amarilla?
A una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término “amarilla” alude a la ictericia que presentan algunos pacientes. Los síntomas primordialmente son: fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio. El virus es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los géneros Aedes y Haemogogus . Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats. Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes), y algunos en ambos hábitats (semidomésticos).
¿Quiénes deben vacunarse contra la enfermedad?
La vacuna contra la fiebre amarilla está dentro del Calendario Nacional de Vacunación que contempla una dosis de la vacuna para niños de 18 meses con un refuerzo a los 11 años. También se la deben aplicar aquellos que viajen a países que exijan la vacuna a los turistas para su ingreso a ese territorio. No es necesaria la vacunación en los mayores de 60 de años.
¿Cuándo debo aplicarme la vacuna?
La vacuna se la puede aplicar en cualquier época del año o preferentemente 10 días antes de la fecha de viaje. Se recomienda la consulta médica, al menos cuatro semanas antes de la partida, para recibir las recomendaciones de vacunación.
¿Es conveniente volver a vacunarse?
Una sola dosis es suficiente para protegerse a lo largo de toda la vida.
¿Qué zonas de Brasil están mayormente expuestas a la enfermedad?
Desde la Organización Mundial de la Salud recomiendan la vacunación para los viajeros que vayan a los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Distrito Federal (incluida Brasilia), Espírito Santo, Goiás, Maranhão, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Pará, Paraná, Piauí, Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Rondônia, Roraima, Santa Catarina, San Pablo, Tocantins, determinados municipios de Bahía y las cataratas del Iguazú.
¿Qué grupo no debe recibir la inmunización?
No deben recibir la vacuna niños menores de 6 meses, embarazadas, aquellos que presenten antecedentes de alergia a cualquiera de los componentes de la vacuna: huevo, proteínas de pollo o gelatina.
Personas que presenten enfermedades que requieran tratamientos con inmunosupresores y/o inmunomoduladores. Alteraciones del sistema inmune incluyendo la infección por VIH según recuento de linfocitos T CD4+.
Enfermedad del timo, miastenia gravis, síndrome de DiGeorge. Otras inmunodeficiencias, tumores malignos y trasplantes de órganos.
¿Estas inundaciones y la época estival contribuyen a la proliferación de la enfermedad?
La época es especial para la transmisión del virus, más si se detecta en zonas densamente pobladas y la cantidad de agua caída contribuye en la transmisión de la enfermedad.