El caso de la menor violada en la zona de “Villa Cariño” de Puerto Iguazú el pasado 11 de octubre tuvo un avance inusitado, por el hecho que tiene un hilo conductor con el caso del asesinato de Vilma Mercado, dado que el supuesto asesino de la estudiante también fue el que atacó a la adolescente en el mismo lugar geográfico y con similar “modus operandi”.
Se trata del soldado voluntario, Carlos Luis Leandro Villar (21), quién se encuentra detenido e imputado en primer lugar por « femicidio y abuso sexual en concurso real» por el asesinato de Vilma Mercado y hoy declara en Cámara Gessell, la menor abusada.
La adolescente fue atacada el 11 de octubre a la madrugada en la zona de la Rotonda de Puerto Iguazú. Tras ser violada pudo escapar por un descuido de su atacante, primero ocultándose en la maleza y después huyendo por la Ruta Nacional 12, donde finalmente fue socorrida por una familia.
Pero en esa fatídica madrugada, la menor experimentó otras situaciones límites tras el ataque. El su huída por la Ruta 12 primero se topó con un auto con dos mujeres a bordo que «se asustaron» y no la levantaron, dejándola en el camino semidesnuda. Luego pasó otro automovilista que si la socorrió y la llevó hasta la Comisaría de la Mujer, donde radicó la denuncia.
Pasaron varios días y una de las mujeres que viajaban en el primer vehículo que no paró en la ruta cuando la menor abusada pedía auxilio, escribió una descarnada carta a través de Facebook, donde relata el dramático momento vivido aquella madrugada y señala el error que cometieron y la culpa que sienten por no haber parado para ayudar a la víctima.
Pero además, en su relato la mujer desnuda la consideración de una agente de policía de Iguazú acerca de ese caso, que habla de la «naturalización» de los abusos, de la condición de «ser mujer» en una parte de una sociedad retrógrada y desquiciada, carente de valores de defensa de la vida humana, en donde «el vale todo» parece estar a la vuelta de la esquina. Los más triste del caso todavía, que una mujer habla con desprecio de otra mujer.
Este es el relato de Carina Esmeraldino:
“ALGUNAS MUJERES SE LO BUSCAN
Hoy tome coraje al fin para escribir esto:
En la madrugada del 11 de octubre aproximadamente a las 4:45am mi compañera y yo finalizamos nuestro horario laboral en el sector de Abasto de la Municipalidad de Puerto Iguazu el cual se encuentra sobre la ruta 12 al lado del puesto de vialidad.
Nos dirigíamos hacia la ciudad cuando a pocos metros de la entrada a la antena repetidora de Canal 12 divisamos una chica corriendo en el medio de la ruta aparentemente sin más ropa que una remera azul, gritó: ME ESTÁN ATACANDO y se abalanzó contra el vehículo. Mi compañera piso el freno y la chica golpeó con las manos la ventana del lado del conductor pidiendo ayuda a gritos, noté que tenía algo en el cuello pero no pude ver nada más porque mi compañera volvió a pisar el acelerador y la dejamos atrás, la chica trató de sujetarse por el auto y horas más tarde descubriríamos que por el esfuerzo había arrancado la tapa trasera del espejo retrovisor, yo le grité que mi compañera que parara pero parecía no estar escuchando. Metros más adelante vi salir una luz de una moto desde la entrada de la antena. Seguí pidiendo a mi compañera que volviera pero parecía haber entrado en shock, no contestaba a nada que le dijera, tampoco me miraba.
Llame al 911 e informe de lo ocurrido y me dijeron que mandarían a un patrullero. Llegando a la ciudad nos dirigimos a la comisaría de la mujer, nos atendió una agente y prefiero no decir su nombre pero no sería la última vez que la vería, le contamos lo sucedido y escribió nuestros datos en una hojita de papel, no prestó mucha atención pero llamó a comando y le informaron que ya habían mandado un patrullero. Unos minutos después nos informa que ya habían encontrado a la chica y que una pareja la había llevado hasta el puesto de vialidad al lado de nuestro trabajo “ella está bien” dijo.
No nos preguntó nada más y nos fuimos.
Nos enteramos al otro día que la chica había sido violada, drogada, que lo que había visto en su cuello eran restos de cinta…
Cinco días más tarde volvimos a ir a la comisaría, encontramos a la misma agente y preguntamos que fue de la chica que nos había pedido ayuda y nos contestó lo mismo “ella está bien ahora” insistimos en que nos brinde más información y nos dijo “no puedo hablar mucho del tema pero algunas mujeres se lo buscan”.
No voy a entrar en detalles en las cosas que mintió después o la manera en la que la juzgo.
No creo que hayan realizado ninguna investigación sobre el tema. Desde ese día miraba cada página de noticias que existiera pero nunca se publicó nada…
Todos los días me culpo por no haber hecho algo más, se que todo los días mi compañera se culpa por no haber parado y agradecemos que alguien más lo haya hecho. Volvemos el tiempo en nuestras mentes día a día pensando en cómo hubiéramos actuado distinto. Le fallamos a una chica que necesitaba de nosotras en el peor momento de su vida y nunca nos vamos a perdonar…
Dos semanas más tarde encuentran a Vilma en el mismo lugar, el mismo procedimiento y una frase se repite en mi cabeza “algunas mujeres se lo buscan” “ALGUNAS MUJERES SE LO BUSCAN”.
Una chica murió por que alguien decidió juzgar y no escuchar. Decidió que una víctima tenía la culpa por salir tarde, por hablar con extraños, por vivir como quisiera, por ser chica…
Todo se podría haber evitado, si hubieran tomado alguna actitud, si hubieran investigado, si no hubieran juzgado a la víctima como siempre hacen y se hubieran empeñado en buscar al culpable, en seguir las pistas.
Pero no. Porque ALGUNAS MUJERES SE LO BUSCAN.
Porque tenemos que saber que en el mundo que vivimos no podemos ser libres, como nos atrevemos a confiar en alguien más? Nadie te dijo que no podés hacer lo que querés? Porque sos mujer y las mujeres tienen que estar en sus casas antes de caiga el sol, vestir ropa adecuada, no tomar bebidas alcohólicas, no hablar con nadie. Porque si no obedeces es culpa tuya. Porque si no, te lo estabas buscando.
PORQUE ALGUNAS MUJERES SE LO BUSCAN.”