Rosario vive en Nueva Zelanda y regresó al país para visitar a su abuela Pocha. El conmovedor encuentro fue subido a las redes sociales donde se convirtió en un video viral. La historia de un abrazo que emocionó a todos.
A Sara Catalina no le gusta que la llamen por su nombre: prefiere que le digan Pocha. Tiene 90 años y el domingo al mediodía se había peinado y pintado porque, en teoría, su hija Claudia le iba a presentar un nuevo novio.
Cuando Claudia llegó a su casa, la encontró acostada en su cama y le pidió que apagara la tele: “Te estaba llamando. Te dije que te iba a traer una sorpresa”. “Sí, ¿a dónde está?”, respondió ella. Lo que sigue es una manifestación genuina, conmovedora y documentada: el video alcanzó la categoría de viral con proyección para superar los 100 mil likes en una cuenta que apenas supera los mil seguidores.
“¿Dónde está la abuela más linda?”, le preguntó Rosario Valle mientras Pocha intentaba asimilar la emoción gritando y tapándose la cara. Entre el llanto y la conmoción, la abuela pudo festejar su premonición: “No me engañaba mi intuición, no me engañaba”. “¿Vos sabés cómo te extraño?”, le dijo después agarrándole la cara.
Su nieta se había ido a vivir a Nueva Zelanda el 15 de mayo y no la veía desde entonces. Su hija le había dicho que se preparara porque le quería presentar a un amigo que venía de Francia. Sospechó que esa podía ser la sorpresa, pero en el fondo también conservaba el deseo de que su nieta volviera al país para las fiestas y para celebrar su cumpleaños el próximo 28 de diciembre.
“Fue demasiado”, sintetizó Rosario. “Podía suponer que se iba a emocionar, pero nunca pensé que esa iba a ser esa su reacción. Me decía que no podía creer que estuviera ahí y que ya no iba a estar preocupada por dónde iba a pasar las fiestas”.
Lo que no muestra el video es lo que pasó después: se quedaron un rato en la cama, se secaron las lágrimas y se fueron a la casa de la tía de Rosario a jugarle la misma sorpresa.
“Saber que ella está grande y que empieza a tener algunos problemas me duele. Esa fue una de las principales razones por las que vine. Quiero aprovecharla lo más que pueda”, aseguró Rosario en diálogo con Infobae. Volverá a irse de Salta Capital en los primeros días de enero. Su destino está en Auckland, la capital neozelandesa, donde estudia inglés en la Universidad Tecnológica como requisito obligatorio para instalarse en el país oceánico.
Había tenido un intercambio estudiantil el año pasado que duró tres meses: no quería volverse a su ciudad natal. “Me encantó Nueva Zelanda. Culturalmente es hermoso, todo es diferente. Igual yo siempre tuve la idea de irme. Cuando era chica ya quería ir a Buenos Aires o Córdoba”, reveló. Uno de los requisitos para emigrar era tener mayoría de edad. Lo tomó literal: voló dos días después de cumplir 18 años.
Y se sacó los pasajes de regreso al país el mismo día que aprobó la última materia de inglés, en los primeros días de diciembre. Solo lo sabían su mamá, su papá y su tío. Su hermano Joaquín, de 20 años, también fue víctima de la sorpresa. En su casa, habían ordenado el viejo cuarto de Rosario con la excusa de que iban a recibir la visita especial del amigo de su mamá. Joaquín no estaba contento con esta nueva relación. Le rogó que vaya a acompañarle al aeropuerto a darle la bienvenida. A desgano, estuvo el último domingo a las 22:30 en el aeropuerto de la capital salteña cuando lo sorprendió la presencia de su hermana.
“Cuando lo vi a mi hermano, se le desfiguró la cara. Se quedó super sorprendido. Era la primera vez que lo veía llorar así. No entendía nada, solo me decía ‘¿qué hacés acá, qué hacés acá?’. Ese abrazo también fue muy emocionante”, contó Rosario. Al día siguiente, al mediodía, le tocaría el turno a la abuela. Y después, la viralización de un video conmovedor. Pocha, admiradora de Mirtha Legrand, está feliz con esta fama inesperada.