Lo solicitaron los fiscales federales del caso a la jueza de Goya. A seis de los apresados les endilgan haber participado en la sustracción y ocultamiento del nene de 5 años, mientras que al restante, el encubrimiento. Quiénes son los nuevos apuntados
Los fiscales federales de Goya y de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) pidieron este miércoles el procesamiento con prisión preventiva de todos los detenidos por la causa principal del caso Loan Danilo Peña, el nene de 5 años que desapareció el 13 de junio pasado cuando estaba en un naranjal del paraje Algarrobal de Corrientes tras un almuerzo familiar, según pudo saber Infobae de fuentes oficiales.
Se trata de Antonio Benítez, Laudelina Peña, Daniel “Fierrito” Ramírez, Mónica Millapi, María Victoria Caillava, y Carlos Guido Pérez, a quienes les endilgan haber participado en la sustracción y ocultamiento de Loan. Mientras que por el comisario Walter Maciel solicitaron que sea procesado por haber entorpecido la investigación y facilitado el encubrimiento de los autores de la desaparición del nene.
Además, Mariano De Guzmán, titular de la Fiscalía Federal de Goya, María Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, al frente de la Protex, solicitaron a la jueza de Goya Cristina Pozzer Penzo que se convoque a prestar declaración indagatoria a Macarena Peña, la hija de Laudelina, y a Cristian Agustín Gutiérrez, un conocido de Benítez. ¿De qué los acusan? Encubrimiento y entorpecimiento de la investigación.
El 13 de junio pasado, Loan fue con su papá José de sorpresa a la casa de su abuela Catalina. Allí, almorzaron junto a su tía Laudelina, que estaba con su pareja Benítez y sus tres hijos: Macarena y dos menores de edad; además de su prima política, Camila Núñez, quien había llevado a su nena. También estaba el matrimonio de Millapi y Ramírez, y el de la ex funcionaria Caillava y el capitán de navío retirado Pérez.
A Loan le tomaron una foto. Fue el último registro fotográfico del nene y lo captó Camila a través de su celular a las 13.52. Cuando terminó el almuerzo, Benítez, Caillava y Ramírez fueron a juntar naranjas junto a Loan y los otros cinco niños.
Según declararon Caillava y Ramírez, ellos se distrajeron hablando por teléfono porque el hermano de Ramírez estaba internado. Los chicos presentes en el almuerzo dijeron en la primera Cámara Gesell que Loan quiso volver con su papá y se fue. Su tío aseguró que, cuando se dio vuelta, Loan había desaparecido.
En el procesamiento, de 86 páginas, se les atribuye a Benítez, Laudelina, Ramírez, Millapi, Caillava y Pérez haber sustraído a Loan tras el almuerzo en la casa de la abuela Catalina “para luego ocultarlo desde ese momento hasta el día de hoy”, según se desprende del texto que lleva la fecha de este miércoles.
Para los fiscales, la desaparición de Loan no fue un accidente ni un extravío casual, sino que se trató de una sustracción deliberada. Y descartaron vinculaciones con redes de crimen organizado o explotación sexual tras las investigaciones internacionales.
A partir de ello, los acusados hicieron maniobras para ocultar al menor, incluyendo la creación de pistas falsas, plantación de evidencia (como el hallazgo del botín) y simulación de escenas. Y con la ayuda de Maciel, el comisario de la localidad de 9 de Julio donde está el paraje Algarrobal. Fue señalado por los fiscales como un encubridor de todo lo sucedido con el niño.
El botín plantado en una zona de barro fue el más burdo del caso: fue hallado por Laudelina en un lodazal al día siguiente de la desaparición de Loan para desviar la atención de los rastrillajes hacia otra zona. Luego, la madrugada del 14 de junio pasado surgió la falsa noticia de la aparición del niño.
¿Pero de dónde salió? Los fiscales lograron probar que fue uno de los detenidos: “El comisario Maciel por radio dijo que lo habían encontrado. Eran las dos de la mañana aproximadamente, no le puedo precisar el horario exacto. Dijo que el chico estaba de dónde salió, en la casa de la abuela, en el Algarrobal”, declaró un policía testigo en el caso.
Y Maciel, por su parte, alegó que fue la familia la que dijo que el niño había aparecido, mientras que el resto de los testigos lo atribuyó a la actividad captada por los drones. Eso se sumó a un cúmulo de rastros, muchos de los cuales se plantaron para sostener que el nene se había perdido mientras se ocupaban de ocultarlo.
Otros indicios fueron declaraciones contradictorias de los imputados y testigos, que intentaron construir un relato que no corresponde con las pruebas recolectadas, según los fiscales.
Las comunicaciones telefónicas, los movimientos en vehículos, los cambios de indumentaria de los imputados y las acciones individuales o conjuntas en la búsqueda, según los fiscales, no se corresponden con intentos genuinos de encontrar al menor, sino con maniobras de encubrimiento.
“Precisamente, el día de la desaparición, se advierte un incremento en la actividad de cada uno de los imputados a partir de sus comunicaciones y desplazamientos, que entendemos que no responden a la búsqueda”, sostuvieron.
Radio Sudamericana