La situación salió a la luz luego de que este martes el menor intimidara a una docente y a sus compañeros de sexto grado. Al día siguiente, la presencia de un móvil policial en la institución generó alarma entre toda la comunidad educativa, ya que muchos padres se enteraron recién entonces de lo ocurrido.
Los tutores sostienen que el niño ya había protagonizado episodios de violencia en otra escuela y también en años anteriores dentro de la misma institución. Además, señalaron que no cuenta con un acompañante pedagógico ni con seguimiento psicológico, pese a que se trataría de un caso con antecedentes de violencia.
“Sabemos que no se lo puede excluir, pero necesitamos que lo contengan. Pedimos un gabinete psicopedagógico y apoyo del Ministerio de Educación, porque los directivos solos no pueden”, reclamó una de las madres.
El temor se extendió a los alumnos más pequeños, algunos de los cuales se negaron a volver a clases por miedo. Los tutores insistieron en que no buscan castigar al niño, sino que tenga el acompañamiento adecuado para evitar que la situación escale.